Tarot
Virtudes del tarot
por Fernando Blanc
El presente artículo pretende ser una reflexión y sugerencia sobre algunas de las virtudes que el tarot puede ofrecernos como herramienta simbólica, entendiéndolo como un instrumento que nos permite actuar sobre el entorno en base a las propiedades que portan las cartas que lo componen (Números, imágenes, símbolos sagrados, etc).
El estudio del tarot, aclaremos primero, conlleva la introducción a otras disciplinas de las llamadas "ciencias sagradas", como por ejemplo la metafísica, pero ahora solo pongo el acento en una caracterización de sus propiedades como herramienta simbólica, de la cual puede uno apropiarse y operar con ella para la percepción y organización de la realidad.
Como punto de partida traigo a consideración algunas enseñanzas de la psicología del desarrollo de la escuela de Vigotsky, un autor ruso que teoriza acerca del surgimiento y desarrollo de las "funciones psicológicas superiores" en el ser humano, principalmente a través del estudio del lenguaje como organizador de nuestra actividad mental. Cuando pensamos, más allá de la complejidad que hay detrás del acto de pensamiento, principalmente nos hablamos a nosotros mismos, organizamos nuestra realidad a partir de este hablar interno. Vigotsky observa cómo se desarrolla el lenguaje en los niños y se da cuenta que a partir que comienzan a manejarlo, a aprenderlo, tienen una etapa inicial que denominó "lenguaje egocéntrico", que se refiere al hecho de que los niños hablan principalmente para sí mismos y para organizar lo que hacen, por ejemplo, un niño juega con unas tijeras y se dice a sí mismo "ahora recorto acá y sigo por acá", o juega con cubos y dice "pongo este encima del otro".
Con esta noción podemos pensar al lenguaje como un "software" o sistema operativo que nos permite realizar las funciones psicológicas superiores y expandir los límites de nuestro funcionamiento mental, a partir de su adquisición mediante el entorno cultural inherente a las sociedades humanas. Otro ejemplo de estas adquisiciones culturales son las matemáticas, que sería un lenguaje, un código, hecho a partir de los símbolos numéricos.
Ahora bien, ¿Qué podemos pensar del tarot en este sentido que venimos tratando? ¿Qué tipo de software es? Aclaremos primero, el Tarot se compone de 78 cartas, 22 de las cuales son las llamadas "Arcanos mayores" o "triunfos", que consisten en una imagen que representa un arquetipo (o patrón funcional aplicable a personas o situaciones en primera instancia), anudado este además a un número que lo ordena en el sistema que componen, yendo del I al XXI, además de la figura del loco que no lleva número (o algunos lo consideran el 0).
Entonces, avanzando un poco, el Tarot como sistema simbólico nos permite vincular a las cartas por sus números o por nexos que encontremos entre ellas a partir de las imágenes. Nos permite también componer patrones combinando dos o más cartas, obteniendo así nuevas estructuras que abren significados nuevos, entre otras posibilidades, prestas a descubrirse interactuando con esta herramienta.
Sintetizando, este misterioso juego de cartas, del que se desconoce su origen concreto, posee una riqueza a nivel simbólico muy llamativa que nos permite ver la realidad a partir de sus arquetipos y nos puede ayudar en la mediación de nuestras necesidades frente a esta. Con "la papisa" (II) puedo pensar que estoy acumulando, con "la justicia" (VIII) que necesito rigurosidad, con "el carro" (VII) avanzar. Yo creo que introducirse en el estudio y utilización de esta herramienta, es adquirir un software, siguiendo con la metáfora propuesta, muy potente que nos ayuda en la expansión de los límites de nuestra mente, a pensar con más riqueza o con más amplitud, a valorar las cosas desde otra perspectiva a la convencional. Y nos abre también al misterio, desde su origen incierto a las aplicaciones que podemos darle a este nuevo "software". ¿Cuáles son sus límites? ¿Cuáles los de la realidad?

Fer Blanc
Estudiante de psicología en la UBA. Pianista y miembro fundador de TeaTroTaroT (Compañía teatral de Bs. As.) en calidad de músico, productor y tarotista.